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lunes, noviembre 14, 2011

SOBRE GUERRA, OBSESIONES, FRUSTRACIONES, SEXO Y ARAÑAS

La versión argentina de “The war of the Roses” (Warren Adler) se está presentando en los escenarios del lujoso Maipo, ubicado en Esmeralda 449. Sin duda, es una de las más preciadas producciones que pueden apreciarse en la gran avenida del teatro argentino.


Octavio y Bárbara se conocieron en una subasta, eran dos jóvenes alocados que apostaban al amor. El ideal del uno para al otro se fue borrando a medida que pasaba el tiempo de casados. Luego de 18 años, hijos, mansión propia, ferraris, lujos, sauna, piscina, lo que los llevó al amor, los destruye. Octavio es un hombre adinerado, soberbio, se ocupa de sí mismo; mientras que Bárbara aparenta la perfección, a pesar de que las frustraciones la consumen. El divorcio comienza su rumbo, convirtiendo a lo que una vez llegó a ser un hogar en una guerra. La intolerancia y la ironía sacan el ‘cavernícola’ que todos llevamos dentro, mostrando el grado más bajo de una persona. Aquí, ambos son capaces de realizar lo que sea para obtener la victoria. Ya nada los une. Ya nada comparten. Bueno, sí, algo aún sí: la obsesión.

Warren Adler es un escritor estadounidense, autor de “The war of the Roses” en los años 50, que fue llevada al cine en el año 1989 de la mano de Danny DeVito como director, y con Michael Douglas y Kathleen Turner como protagonistas. Luego de ser llevada al teatro en diferentes países, hoy le toca el turno a la tierra argentina. Marcos Carnavale y su equipo hicieron una gran labor en la adaptación a las tablas, elección de escenografía y trabajo de los actores, haciendo que La guerra de los Roses sea una gran puesta. Siguiendo la historia al pié de la letra, resulta una comedia argentinizada. Los pases de escena están resueltos de manera simple pero bien pensada, algo repetitivos, acompañados de la música característica de la obra.

La escenografía es maravillosa. Al ser la mansión la gran disputa del divorcio, Carnavale junto a Negrín hicieron que la misma sea realmente un lujo. Con muebles variados, pero con una enorme escalera burguesa y la araña protagonistas siempre presentes. Este trabajo fue acompañado por una iluminación que le daba tintes realistas a la lámpara de cristal y que agrandaba los ventanales con la transición del día a la noche. Excelente uso de máquinas de humo para recrear diferentes momentos, y hasta enfoques directos a los actores al estilo showman de pequeños teatros under.

El sonido es excelente, no solamente se escuchan perfectamente en toda la sala del Maipo las voces de los actores, sino que los efectos para cada escena son precisos. Utilizan al sonido y la música para el cambio de cuadro. Un estruendo seguido de música clásica con toques de suspenso, terror y violencia anuncian la venida de otro acto.

Definitivamente, Pablo Battaglia es el nuevo nombre del vestido argentino. El vestuario fue el gran atractivo de la noche. Las vestimentas que embellecían aún más a Peterson eran impecables, sostificados. Incontables renovaciones en la ropa y, de manera evolutiva, desde simples trajecitos hasta infartantes vestidos elevados a Hollywood. El público se derretía con las apariciones de la actriz.

Carla Peterson (Corazón Idiota, Lalola, Los exitosos Pells, Un año para recordar, Medianeras) se lleva la obra completa. Peterson tiene como particularidad la exageración cómica de las actitudes más simples, y eso la convierte en una triunfadora. Además de su belleza incomparable, su voz es preciosa y maneja correctamente el uso de los tonos. Interpreta a una Barbara Rose fina y, en momentos, bizarra y hasta vulgar. La Guerra de los Roses es otra victoria para su carrera y quedará siempre en la memoria de los espectadores.

Adrían Suar (Sin código, Poliladron, 22, el loco, El año que viene a la misma hora, Igualita a mí, Un novio para mi mujer) es el productor argentino del momento. No sólo actuó con una habilidad ingeniosa al contratar a su equipo, sino que desempeño su papel de forma correcta. Haciendo del típico hombre millonario argentino (soberbio, egocéntrico, ingenuo, canchero y atontado), Suar es el indicado, y resulta un gran actor cómico sobre los escenarios, formando una excelente química dual entre los protagonistas.


La guerra de los Roses es la comedia argentina del año. Excelentes labores por parte de todos, la obra es una perfecta producción en su totalidad. Merecedora de una nueva temporada durante el verano, y con todo el éxito más que merecido. La versión argentinizada de “The war of the Roses” mezcla obsesiones, problemas sexuales en la pareja, problemas de autoestima, frustraciones, amor y algo sobre grandes arácnidos.

Ficha Técnica

Título: La Guerra de los Roses

Actores: Adrián Suar, Carla Peterson, Alejandro Paker y Fabián Arenillas

Director: Marcos Carnavale

Escenografía: Alberto Negrín

Vestuario: Pablo Battaglia

Iluminación: Gonzalo Córdoba

Sonido: Gastón Briski

Música: Iván Wyszogrod

Asistente de Dirección: Roberto Canepa

Prensa: Vanesa Bafaro

Producción: Adrián Suar y Lino Patalano

Basada en: “The war of the Roses” de Warren Adler

Traducción y adaptación: Fernando Masllorens y Federico Gonzales del Pino

Año: 2011

País: Argentina

jueves, noviembre 10, 2011

Carla Peterson/Making of Medianeras

Making of del 5º día de rodaje de Medianeras. Escena de Carla Peterson y Javier Drolas en el bar, con comentarios de Gustavo Taretto.

sábado, noviembre 05, 2011

Carla Peterson y Adrián Suar en “Los únicos”




Adrián Suar y Carla Peterson grabaron una participación especial en “Los Únicos”, la comedia producida por Pol-ka para El Trece.
En la historia, Diego (Mariano Martínez) y Axel (Nicolas Cabré) tienen una nueva misión: deben recuperar un cuadro de la familia real de Luxemburgo, que fue robado por uno de sus propios miembros con inmunidad diplomática, en medio de un conflicto familiar. Diego y Axel van al hotel en el cual se hospeda el diplomático para recuperarlo.
Pero tras el cuadro también están Gabriel Nielsen (Adrián Suar) y Doris Hoffman (Carla Peterson), una hermosa ex agente quien a su vez tuvo en el pasado una historia con Diego y ahora van a reencontrarse. Diego y Axel cometen el error de confiar en Nielsen y Doris, ya que estos los engañan complicando la misión.
Las imágenes se rodaron el pasado miércoles en el Hotel Sheraton de Pilar. Carla y Adrián llegaron de excelente humor y el buen clima reinó durante toda la jornada. Allí se encontraron con Mariano Martínez y Nicolás Cabré. La grabación comenzó temprano y estuvo al mando del director Sebastián Pivotto. Además, un equipo de 50 personas se trasladó hasta el lugar para darle forma a las escenas que enmarcarían esta misión.