El jurado de los Konex eligió a Selva Alemán, Carla Peterson, Leticia Brédice, Mercedes Morán y Florencia Peña como las mejores intérpretes televisivas de la década
Actrices: mujeres frente al espejo
Talentosas. Cuatro de las elegidas por el Konex, posan juntas para la producción de LA NACION. Foto LA NACION / Fernando Gutiérrez
Laura Ventura
Para LA NACION
Un flash y una carcajada. Festejan el encuentro y el premio. Se elogian la silueta, los zapatos y su trabajo. Selva Alemán, Leticia Brédice, Mercedes Morán, Florencia Peña y Carla Peterson fueron distinguidas con el premio Kónex a las mejores actrices de TV de la década por un jurado de lujo presidido por Norma Aleandro. El gran jurado ya eligió a los cien mejores artistas de la década, cuyos diplomas al mérito serán entregados el 9 de agosto, en la Ciudad Cultural Konex, y posteriormente, en cada rubro se elegirá al ganador del premio Konex de Platino.
Morán llega primera a la cita, acompañada por una asistente, ya maquillada y peinada. Es la segunda vez que Morán obtiene este premio ("me sorprendió que Cecilia Roth no estuviese entre las ganadoras"). Charla distendida sobre su carrera y elogia la proeza del chofer que tardó 15 minutos desde Martínez hasta Retiro.
Peterson está apurada porque no quiere llegar tarde al estreno de Lluvia constante, con Rodrigo de la Serna y Joaquín Furriel, pero sonríe y espía el arsenal de pinturas de la maquilladora y los cepillos de la estilista. Lamenta ser la única que eligió un color para su atuendo, cuando todas están de negro. "Che, si vas a verme al teatro no te cortes. Avisáme antes así te saludo", le dice Peterson a Brédice.
Alemán es diminuta y entra radiante en el estudio de fotografía. "No, no necesito retocarme, ¿o sí? Aprendí a pintarme en los taxis, cuando salía de mi casa hasta Canal 13." Resulta curioso en una artista que vive de su imagen, pase por alto las gaseosas light de la mesa y busque una común. Mientras tanto, Morán advierte que perdió su celular.
La maquilladora elogia los ojos turquesa de Brédice. Mientras le retocan la base de su rostro recuerda sus comienzos en la actuación. Todavía tiene algo del personaje de El Elegido a cuestas, pero es lúcida para las respuestas y remata cada una con una sonrisa ("Me gusta mucho que se me vean las arruguitas, el paso del tiempo. No me maquillo para tapar, para ocultar"). Le pide a su amiga, que oficia de asistente, que responda algunos mensajes de texto de su celular.
"Miren chicas, qué canchera la foto, quedamos divinas. Podríamos hacer temporada en la costa", lanza Brédice y el resto lo festeja.
"¿Dónde está Florencia?", preguntaban Morán y Alemán, con preocupación. Por razones laborales, Florencia Peña no pudo estar en la foto con sus colegas. "Ah... entonces venimos otro día", agregó Morán. Pero no pudo ser. La producción se realizó un día después. Peña llega acompañada de su amiga, profesional de prensa y cuñada. Se baja del auto y en su camino al ascensor dos personas le piden saludarla con un beso.
No fue sencillo lograr que las agendas de las cinco coincidieran, pero ninguna quería perderse ese honor de compartir una producción fotográfica con sus colegas.
Carla dixit
"Creo que fui mejorando con los años. Ahora me doy cuenta más rápido cómo resolver técnicamente una escena. Gané en seguridad y en intuición, que es fundamental para poder pararte en la TV".
Selva dixit
"Siempre busqué la verdad en cada uno de mis personajes, que los demás estuviesen convencidos. Tengo mil sistemas y modos de encarar mi trabajo, pero en la tele prima el aquí y ahora y algo de improvisación".
Leticia dixit
"Soy curiosa y me gusta mucho observar a los demás. Pero sin prejuicios. Conozco a muchas mujeres como mi personaje. Me inspiré en ellas. Sé que al público le genera risa. Es muy raro y me gusta".
Mercedes dixit
"Me gustan las actrices que cambian, que no tengan una gran personalidad, que sean un vehículo bastante neutro para que ingresen distintas mujeres. A eso aspiro, a poder habitar a distintas mujeres".
Florencia dixit
"No soy seria trabajando. Me tiento mucho. Soy como una niña. Me gusta lo lúdico que tiene el humor porque me conecta con algo mío que me hace feliz y que teje vínculos muy fuertes con mis compañeros".
Fuente: La Nación
